domingo, 23 de marzo de 2014

A veces me pongo del lado de la vida,
converso íntimamente con ella
la felicito, la miro en todo su esplendor
abre sus puertas para mi
y entro. Siento fluir mi sangre
se ensanchan mis sentidos
me hago frágil y fuerte
niña y mujer al mismo tiempo
y hay un instante que todo encaja
-cada golpe, cada aprendizaje-
todo forma parte de un todo,
de mí misma.
Me invita a mirar atrás
y observo mi camino,
me reconozco en cada instante con ella.
Formo parte
de su brillantez
y de su decadencia.
Y respirar me basta.
Estar aquí me basta.
Y le agradezco al tiempo
que sabiamente
amortigua el dolor,
la intensidad y el desafío,
las caídas...
Y por fin el vuelo.

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