Yo presiento
cómo sería tener tus manos
sobre mí.
Presiento la electricidad cruzar
el andamio de mis piernas,
saltar la luz de las azoteas
ser testigo
de un destello luminoso
entre las sábanas que rozaran
tu piel con la mía.
Una extravagancia
atravesar contigo el infinito
-ya sabes-
corren tiempos
de distancias insalvables
y palabras en el aire.
Pero yo te presiento
y me ilumino.
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