Habrán suplicas
escampadas en los rincones
de la casa,
habrán persianas echadas
que prohíban la entrada
de la luz,
habrán restos de copas
ceniza
sábanas delatoras
imperceptibles huellas
de estancia abandonada.
Los gemidos chorrean todavía
por las paredes ausentes,
la música
las risas
los cuerpos enlazados,
todo se presiente.
Hasta el final.
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