La
vida nos arroja a su corriente, estamos a merced de ella. Se conjuga lo
sublime con la rutina, el dolor con la esperanza, la pesadilla con el
dulce sueño. Recorremos el camino lleno de experiencias y de vacíos, de
despedidas y desencuentros. Somos mitad miseria mitad valentía. Todo eso
y mucho más y a veces, mucho menos.
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