lunes, 28 de octubre de 2013
Borré todos los caminos de vuelta. No los quiero. Sigo adelante... aunque a veces me detenga para coger fuerzas.
He traicionado. He mentido. Y ya he pagado.
Ya no estoy en el dilema ni en la duda. Ya no me repongo de nada.
Estoy en ese momento en que la fragilidad ya no es débil y el miedo ya no me paraliza. La pasión dió paso a la ternura y el dramatismo al sentido del humor. He llegado a ese momento en que lo relativizo todo. A veces, cuando creo que no puedo más, pienso que mañana podré.
Creo que el amor me ha dado muy buenos momentos pero también los peores....y cansada de los trastornos que me ha supuesto vivo en la placidez de no estar en manos de nadie. Parece poco romántico y es verdad, no lo es. Pero ya me debía a mi misma no estarlo.
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