jueves, 24 de marzo de 2016




No hay un maldito mueble
ni una maldita palabra
que no arrimes
por conveniencia.
La poesía no está de tu lado
por eso
lúgubres sombras en tu semblante
asustan a los niños
y a las sirenas.
Cuentas cuentos
que te inventas
para celebrar tu autoría
en flancos bastiones
de mentiras
que sobrepasan tu peso.
Despechada
victimista
calculadora inocencia
mantienes el ego y las ventas.
(Por ese orden
y viceversa)

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